¿Qué me llevo SIEMPRE de viaje?

Publicado el 8 de octubre de 2024, 12:26

Considero que los viajes son siempre una oportunidad única para adquirir piezas especiales de decoración. No se trata de comprar por comprar... pero, quizá te hayas preguntado alguna vez cómo conseguir que tus espacios tengan un toque original.

En lugar de tazas e imanes de nevera, puedes aprovechar tus viajes para encontrar esa pieza única que le dará el toque perfecto a tu rincón favorito y, además, te hablará de un recuerdo feliz: del viaje, las personas que te acompañaban, el sitio, el precio que negociaste... la historia, al fin, de tu nuevo invitado en casa. Yo te voy a presentar algunas de mis piezas favoritas: son mis tesoros particulares. Cuando los miro, recuerdo momentos emocionantes en lugares distintos y bellos. Así que ya sabes qué me llevo siempre de viaje: me llevo recuerdos imborrables en forma de objetos únicos.

La alfombra del viaje de novios

Imaginaos la cara de mi recién atrapado marido cuando le digo que al viaje de novios nos llevamos dos maletas: una para compartir entre los dos y otra vacía para traernos "cositas"... No se lo podía creer.

Sin embargo, gracias a ello volvimos con 8 manteles indios preciosos (para regalar a padres y cuñados), una caja-tocador antigua con espejo secreto que regateé con bastante dificultad y una hermosa alfombra cuyo delicioso color escogería el tono para mi salón hasta la fecha. La alfombra de 2,60 x 2,00 metros nos costó sólo 120 euros. Este estilo de alfombra tipo Sahjad en esas medidas cuesta por lo menos 570 euros en internet. Y no he visto ninguna tan bonita. Aún en mi salón, me recuerda los 11 años que llevamos casados.

Una damajuana de Apfelsaft del mercadillo anual de Munich

Hace diez años las damajuanas no estaban tan cotizadas y yo conseguí mi enorme damajuana alemana de zumo de manzana por tan sólo 15 euros, en un mercadillo inmenso de Múnich. Ésta llevaba además un soporte de madera que aún se conservaba y he utilizado como mesa exterior durante años. La segunda damajuana que tengo, la encontramos en nuestra casa de Sevilla antes de reformarla. Se la pedí al dueño que vendía la casa, Antonio, y nos la regaló. De manera que, cuando miro ambas, me recuerdan mi pasado y mi presente. Me gusta que mi hogar cuente historias ¿y a ti?

Mi sifón y mi molinillo de café del mercadillo de        L´Île-sur-la-Sorgue (Provenza francesa)

Me chiflan los mercadillos... es una fiesta de sorpresas a precio de chollo: sí, hay que buscar mucho, regatear y conseguir los precios buenos a base de teatro, mucho teatro... pero hay mucha más satisfacción en ese mini precio conseguido que en las mejores rebajas de cualquier tienda buena. Y resultó que en este precioso pueblecito medieval había un enorme mercadillo de antigüedades el día de nuestra visita. No me lo pude pasar mejor...Y mi recuerdo de esos días que pasamos en la Provenza, con mi hija mayor con sólo 6 meses, se conserva vivo pues muestro orgullosa estas dos piezas en mi salón. Conseguí las dos piezas por 35 euros... aunque el precio es lo de menos, porque fue amor a primera vista.

Un marco de fotos de Salzburgo

En Navidades Salzburgo parece un belén: los mercadillos navideños, la nieve, el frío y las preciosas tiendas de decoración navideña donde los adornos además de ser muy originales, suelen ser bastante más económicos que en España. Llegué a conocer bastante bien Salzburgo y en una de mis visitas, junto a mi mi amiga Clara, adquirí este pequeño marco de fotos con acabado decapado. Era caro. No recuerdo el precio, pero me guiñó el ojo y tuve que llevármelo. No tiene nada de espectacular... pero de nuevo trae a mi memoria esa tarde de frío y ese viaje con mi amiga... y me hace sonreír.

Un juego de mesa camerunés

Viví un año en Camerún, en la selva. Cuando paseaba por los caminos polvorientos o llenos de barro, según la estación de lluvia, me encontraba con frecuencia a mayores y jóvenes jugando en las puertas de sus casas con semillas de cacao y una tabla rasa con hendiduras. Pese a que preguntaba con frecuencia las reglas del juego, las respuestas en Ewondo no me lo dejaban muy claro. Pero antes de volver, encontré en las artesanías de la capital, un ejemplar del juego que hoy sé, se llama Awalé. Disfruté regateando su precio en francos cfs (a los africanos les encanta el teatro del regateo) y lo traje conmigo. Lo conservo con cariño como recuerdo de esas tardes eternas donde sol iba cayendo y las manos soltaban las semillas sobre la madera suscitando las risas y comentarios de los dos participantes ¿Sabías que es un juego matemático

Tiendas en esa Ciudad

A veces no hay que irse tan lejos para encontrar esos tesoros: piezas únicas, artesanales y con su historia. En cada ciudad hay tiendas con misteriosos objetos y muebles que están deseando irse a tu casa. En DQalma os presentamos la sección "Si vas a esta ciudad, no dejes de visitar..." donde contaremos tiendas y lugares que no te puedes perder si en uno de tus viajes pasas por esa ciudad. Pronto publicamos la primera... ¿Tienes curiosidad? ¡Está en Barcelona!

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